Como el cultivo del brócoli ayuda al medio ambiente y a la fijación de CO2

Micaela Carvajal Alcaraz

Profesora de Investigación del CEBAS-CSIC

 

Las plantas son los organismos principales (junto a las algas) capaces de fijar carbono o dióxido de carbono (CO₂ si tenemos en cuenta la molécula entera) de la atmósfera debido a un proceso único llamado fotosíntesis, en el que convierten la luz solar en energía química. La presencia de clorofila y estructuras celulares especializadas como los cloroplastos les permite transformar el CO₂ en compuestos orgánicos, esenciales para la vida en la Tierra. Otros organismos, como animales, hongos y seres humanos, dependemos de las plantas para obtener energía, ya que no tienen la capacidad de realizar fotosíntesis ni de fijar CO₂.

El cambio climático está siendo impulsado por el aumento de las concentraciones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que provoca un incremento de las temperaturas globales, alteraciones en los patrones climáticos y eventos extremos como sequías e inundaciones. Una de las maneras en que los cultivos agrícolas pueden ayudar a mitigar estos efectos es precisamente mediante la fijación de CO2 por medio de la fotosíntesis.

El cultivo de brócoli como el de otros cultivos aporta beneficios ambientales que pueden contribuir a la sostenibilidad y a la mitigación del cambio climático, principalmente a través de la fijación de CO2 y la mejora del suelo. Pero, además, el brócoli tiene unas características bioquímicas que lo hace especialmente beneficioso para el medioambiente. Por un lado, mejora de la biodiversidad del suelo, y por lo tanto aumenta el uso eficiente de los recursos (fertilizantes y agua) y, por otro lado, los subproductos pueden ser utilizados en otros sectores con lo que todo el carbono fijado es utilizado. Por lo tanto, podríamos considerar que el cultivo de brócoli puede formar parte de un conjunto de prácticas agrícolas más sostenibles que contribuyan a la salud del planeta.

Fijación de CO₂ en el suelo

Las plantas, incluido el brócoli, absorben dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera durante la fotosíntesis. A través de este proceso, el CO₂ se convierte en biomasa (tallos, raíces, hojas e inflorescencias), almacenando carbono en las estructuras vegetales. Además, en nuestras investigaciones, hemos analizado el carbono fijado por las especies más representativas de nuestra agricultura y los resultados nos revelan que el cultivo del broccoli fija más CO2 por hectárea y año que muchos frutales de hueso.

Además, cuando las plantas de brócoli llegan al final del ciclo, sus restos se secan, se descomponen y se integran al suelo como materia orgánica. Esto incrementa la capacidad del suelo para almacenar carbono, un proceso conocido como “secuestro de carbono”. Además, el brócoli, se suele utilizar en prácticas de rotación de cultivos, lo que mejora la estructura del suelo, reduce la erosión y promueve una mayor capacidad del suelo para fijar carbono.

Aumento de la biodiversidad del suelo

El brócoli libera compuestos (los glucosinolatos) que ayudan a controlar plagas, reduciendo la necesidad de aplicar pesticidas químicos. Los glucosinolatos, a través de su capacidad para transformarse en isotiocianatos y otros compuestos bioactivos, ofrecen una herramienta natural y efectiva a los campos de brócoli para el control de plagas y patógenos en el suelo. Esto tiene un efecto positivo en el medio ambiente al disminuir la contaminación del suelo y del agua en su propio crecimiento o en el de otras especies, cuando hay rotación de cultivos. Aunque los glucosinolatos pueden ser tóxicos para las plagas y patógenos, también pueden tener un efecto neutral o incluso beneficioso sobre organismos no patógenos del suelo, como bacterias y hongos beneficiosos, que ayudan a la fertilidad y salud del suelo.

Albedo del cultivo del brócoli

 

 

El cultivo del brócoli, al igual que otros cultivos de cobertura, puede influir en el albedo terrestre (la capacidad de la superficie para reflejar la luz solar). Superficies agrícolas bien manejadas, con vegetación densa, pueden reflejar más radiación solar y evitar el sobrecalentamiento de la superficie terrestre.

Las plantas de brócoli tienen un albedo intermedio, es decir, reflejan parte de la luz solar que reciben, pero también absorben una cantidad considerable para llevar a cabo la fotosíntesis. Esto significa que, en comparación con suelos desnudos o superficies no vegetadas, el cultivo de brócoli reduce la cantidad de energía solar que es absorbida por la tierra, ayudando a evitar el sobrecalentamiento del suelo. Las hojas del brócoli, por su color verde oscuro y textura, reflejan menos luz que otros cultivos. Esto puede influir en la temperatura del suelo y del aire circundante, creando un microclima más fresco alrededor del cultivo.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

You may use these <abbr title="HyperText Markup Language">HTML</abbr> tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*