El brócoli está considerado como una de las hortalizas con efecto protector frente a diversos tipos de cáncer: pulmón, próstata, mama, endométrio, útero, y tumores relacionados con el tracto gastrointestinal (estómago, hígado, colon). El Instituto Nacional del Cáncer sugiere que podría ser un importante preventivo, responsable de impulsar ciertas enzimas que ayudan a desintoxicar el cuerpo.
Las razones de este efecto preventivo del cáncer se deben a su gran contenido en nutrientes antioxidantes (beta-carotenos y vitamina C), fibra (soluble e insoluble) y sustancias fitoquímicas (glucosinolatos / isotiocianatos / indoles) entre las que destaca el sulforafano (isotiocianato) y el indol-3-carbinol (indol), que actúan aumentando la actividad de ciertas enzimas cuya función es eliminar del organismo algunos agentes cancerígenos o bloquear su acción en nuestro organismo.
El sulforafano es un agente muy potente para combatir el cáncer que se encuentra presente en el brócoli. Investigadores de la Universidad de Illinois han demostrado que con “tres a cinco porciones por semana de brócoli es suficiente para tener un efecto preventivo contra el cáncer”.
Además, el brócoli también contiene quercetina, un flavonoide que actúa como antiinflamatorio y que también parece disminuir el crecimiento de algunos tipos de cáncer, al igual que los folatos (ampliamente presentes en esta hortaliza), que protegen frente al cáncer de colon y cuello uterino.
Una alimentación rica en frutas y verduras ayuda a mantener un sistema inmunológico saludable, por lo que si incorporamos el brócoli a nuestra dieta sumaremos una nueva arma contra el cáncer y una nueva vía para la prevención y el cuidado de nuestra salud.