Llega septiembre, y con él, la vuelta a la rutina, y en muchos casos, la vuelta a los buenos propósitos. Resulta habitual plantearnos retos y objetivos previos a las navidades, con el fin de compensar los excesos del verano, y prepararnos para lo que llegará con las fiestas. Sin embargo, optar por opciones radicales que nos llevan de un extremo a otro no es recomendable, ya que someten a nuestro organismo a altibajos constantes que pueden suponer un riesgo para la salud.
Optar por un estilo de vida saludable, no resulta tan imposible como en ocasiones nos han hecho creer, sino que consiste en la incorporación de una serie de hábitos en nuestro día a día que mejorarán nuestra calidad de vida y reducirán el riesgo de enfermedad. ¿Quieres conocer algunos de ellos y empezar a ponerlos en práctica?
Camina 8.000 pasos diarios
El ejercicio es un factor clave para mantener un ritmo saludable, ya que fortalece los huesos, el corazón y los pulmones, así como tonifica los músculos, alivia la depresión y ayuda a conciliar el sueño. Incluir la actividad física en nuestra rutina es fundamental, ya que además de mantenernos más vitales, contribuye a acelerar nuestro metabolismo. A la hora de iniciarte en el ejercicio establece objetivos reales que te permitan poco a poco incluirlo en tu día a día. Empieza caminando 8.000 pasos diarios, reduciendo el uso del coche, eligiendo la escalera en lugar del ascensor, etc. Realiza pequeños cambios en tu rutina que permitan dejar atrás la vida sedentaria y te ayuden a iniciarte en el ejercicio.
5 Comidas diarias (saludables)
Las dietas milagro han demostrado su efecto yo-yo a lo largo de los años, además de suponer un sacrificio innecesario y un riesgo para la salud de quienes las llevan a cabo. Una alimentación equilibrada es aquella donde se consumen todos los nutrientes esenciales, priorizando verduras, frutas y carnes blancas por sobre carnes rojas y alimentos grasos. Establecer prioridades tanto en el cocinado de los productos, como en el tipo de productos que utilizamos es fundamental a la hora de mejorar nuestros hábitos, sin que ello suponga ningún suplicio. Además realizar pequeñas acciones como elegir frutas y verduras como snack, evitar fritos y grasas, establecer cinco comidas diarias o empezar el día con un buen desayuno son cambios que te ayudarán a conseguir una dieta nutritiva y saludable.
Duerme 8 horas al día
El sueño es un proceso biológico de suma importancia para el organismo, ya que impacta de forma directa en nuestra salud. Un factor condicionante que afecta a la productividad durante el día y la salud del cerebro, así como a nuestro estado físico y de ánimo. Y ¿por qué debemos dormir 8 horas? porque es el tiempo que necesitamos para atravesar las 4 fases del sueño que necesitamos para que nuestro organismo se recupere del esfuerzo que realiza a lo largo del día. En ocasiones nos resulta difícil conciliar el sueño, de modo que incluir pequeños hábitos en nuestro día a día pueden contribuir a tener un sueño inmediato y más reparador. Entre estos pequeños hábitos encontramos los siguientes: dormir siempre a la misma hora; evitar las pantallas una hora antes de dormir; no cenar en abundancia; limitar las siestas a 20 minutos o evitar el consumo de cafeína por la tarde y noche.
Estos son algunos de los pequeños cambios que podemos incluir en nuestro día a día para comenzar a tener hábitos más saludables y que nos ayuden a afrontar la rutina con una sonrisa.